Las medidas generales son:
- Acudir una vez al año a su ginecólogo para hacerse una citología y un exámen pélvico.
- Consumir una dieta saludable y balanceada con frutas y verduras. El
caroteno y las vitaminas C y E en particular pueden disminuir su riesgo de
padecer cáncer de cuello uterino.
- No fumar.
- Usar el preservativo en las relaciones sexuales. Los preservativos disminuyen las probabilidades de contraer el virus pero no la protegen de éste todo el tiempo. Puede contraer VPH por
medio del contacto directo con llagas o piel genital infectada de apariencia
normal.
Actualmente hay en el mercado dos vacunas contra el VPH:
- La vacuna Gardasil: vacuna cuadrivalente porque protege contra cuatro tipos de VPH: 6 y 11, éstos son VPH de bajo riesgo oncogénico pero causantes de las verrugas genitales y los VPH: 16
y 18 que son de alto riesgo oncogénico causante del mayor número de cáncer de cuello de útero . Gardasil se administra en una serie de tres inyecciones en tejido muscular
por un periodo de 6 meses.
- La vacuna Cervarix: vacuna bivalente porque protege contra dos tipos de VPH: el 16 y 18, de alto riesgo oncogénico causante del mayor número de cáncer de cuello de útero. También se administra en tres dosis por un periodo de 6 meses.
Ya que las vacunas no protegen contra todas las infecciones que causan
cáncer de cuello uterino, es importante que las mujeres que reciban la vacuna
sigan haciéndose exámenes selectivos de detección de cáncer de cuello uterino,
tal y como se recomienda para las mujeres que no han sido vacunadas.
Ninguna de las vacunas impide otras enfermedades de transmisión sexual ni tratan la infección por VPH o el cáncer de cuello uterino.
Cuando hablamos de cáncer de cuello de útero o de cérvix, hablamos del cáncer que afecta al extremo distal del útero mutando sus células a malignas. Aunque existen algunos factores que se han relacionado con la incidencia del cáncer de cérvix tales como el consumo de tabaco, la promiscuidad sexual, número de hijos elevado, diabetes, menopausa después de los 52 años... el factor de riesgo más importante es la infección por VPH.
Es posible que la mujer no tenga ningún dolor ni síntoma durante años hasta que llega a las últimas fases de la enfermedad, habitualmente el primer síntoma de cáncer de cérvix es el sangrado postcoital o entre dos menstruaciones, también puede ir acompañado de un aumento en las secreciones vaginales, que se hacen malolientes y dolor en la pelvis.
Tras la valoración por parte del ginecólogo de los resultados obtenidos en la exploración por colposcopía puede decidir realizar una conización. La conización es una cirugía ambulatoria (en la mayor parte de los casos no requiere ingreso hospitalario) en la cual su ginecólogo extirpa lesiones cervicales que podrían
evolucionar, en cáncer del cuello del útero. Una vez extirpado, el cuello del útero queda sano pero aún así hay que continuar con las revisiones ginecológicas para que el médico se asegure de la ausencia de lesiones y de una buena cicatrización.
Durante las primeras tres o cuatro semanas tras la conización se recomienda evitar las
relaciones sexuales, el uso de tampones, las actividades físicas intensas y los
viajes largos; en general, todo aquello que pueda retardar la cicatrización o provocar sangrado. Debe aumentar el consumo de frutas, la dieta equilibrada e incluso su ginecólogo puede ponerle tratamiento para mejorar su sistema inmunológico.
Dependiendo del tipo de virus con el que se contagie pueden provocar desde lesiones solo imperceptibles en el cuello del útero hasta condilomas o verrugas genitales que es la única manifestación por la que la mujer suele acudir a su ginecólogo y cáncer de cuello de útero que es diagnosticado si la mujer acude al ginecologo o cuando ya empieza a tener sangrados y dolor.
Los virus que provocan condilomas o alteraciones en el cuello del útero pasajeras son los de bajo riesgo oncogénico mientras que los que no producen sintomatología y sí alteraciones en el cuello del útero suelen ser de alto riesgo oncogénico y desencadenar el cáncer de cuello de útero.
Los condilomas en la mujer o verrugas genitales son protuberancias blandas en los
genitales, normalmente de color de la piel,rosadas e incluso marrones, acumuladas en una misma
zona en forma de "coliflor".
El tamaño de las verrugas genitales puede variar
mucho, desde medio centímetro hasta más de 2 centímetros y pueden estar
agrupadas por zonas o de forma aislada.
El VPH generalmente se transmite mediante el contacto directo de la piel con piel y con más frecuencia durante el contacto genital con penetración (relaciones sexuales vaginales o anales).
El contagio también puede darse de madre a hijo en el momento del parto.
La infección por el VPH puede detectarse en objetos inanimados, como la ropa o las superficies ambientales, sin embargo, no se conoce ningún caso de transmisión por esta vía.
1º. Las mujeres deben acudir a su ginecólogo anualmente para realizarse la revisión en la cual su ginecólogo realizará una citología vaginal o prueba de Papanicolau además de exploración del suelo pélvico y de las mamas.
2. Si en la prueba de Papanicolaou se descubren células anormales en su cuello
uterino puede que su médico le indique la prueba específica del VPH para determinar si las células anormales fueron causadas por el
VPH y, en tal caso, qué tipo de VPH (riesgo alto o bajo), y decidir la siguiente medida a tomar. En algunas ocasiones el ginecólogo a la vez que recoge la muetra para la prueba del Papanicolau también lo hace para la citología.
El virus del papiloma humano (VPH o HPV del inglés human papilomavirus) es un grupo diverso de virus pertenecientes a la familia de los Papillomaviridae. Se conocen más de 100 tipos virales que, en relación a su patogenia oncológica, se clasifican en tipos de alto y de bajo riesgo oncológico.
VPH de Bajo Riesgo: se les llama a aquellos cuyo riesgo
de provocar cáncer es bajo y son el VPH 6, 11, 40, 42, 53, 54 y 57. Los VPH que
provocan verrugas genitales, también llamado condiloma acuminado y cresta de
gallo, están en este grupo. Los tipos de VPH de bajo riesgo pueden causar cambios leves en el cuello del
útero de una mujer. Estos cambios no conducen al cáncer. No son perjudiciales y
desaparecen con el tiempo aunque hay que mantener los controles ginecológicos.
VPH de Alto Riesgo: los virus de papiloma humano de alto riesgo son los que se encuentran con
mayor frecuencia asociados en los casos de cáncer de cuello uterino e incluyen
el VPH 16, 18, 31, 35, 39, 45, 51, 52, 56 y 58. De estos tipos el VPH 16 y el 18
son, sin duda, los más importantes dado que se encuentran con más frecuencia
vinculados al cáncer cervicouterino.